ADOLESCENCIA Y CULTURA: TRABAJO DE LOS ADULTOS EN LA FORMACIÓN DE LOS JÓVENES
Publicada el 29 de agosto de 2018 a las 13:30

El día 3 de agosto se llevó a cabo la conferencia denominada “ADOLESCENCIA Y CULTURA: TRABAJO DE LOS ADULTOS EN LA FORMACIÓN DE LOS JÓVENES” por parte del Dr. Leonardo Amaya, (PhD y magister en psicología cultural de la Universidad del Rosario), dirigida a padres de familia de 5º a 11º, con el fin de crear una reflexión en torno a los nuevos desafíos que plantea la sociedad para los jóvenes y los retos para los padres de familia en la formación de sus hijos.

Ahora bien, en el marco de dicha conferencia dos madres de familia compartieron sus percepciones al respecto:

«La conferencia del Calasanz nos invita a ser padres presentes… no se puede pretender ser amigo de los hijos, porque corremos el riesgo de dejarlos huérfanos, los niños necesitan tener normas claras y que ellos sigan las normas para que puedan formarse con límites claros»

Angélica Calderón
Madre de familia

«El tema de la conferencia fue el trabajo de los Adultos en los jóvenes frente a su ambiente social y cultural, con el objetivo de entregar por parte del Doctor Amaya pautas prácticas desde su conocimiento y experiencia para el acompañamiento de los padres de familia a la comunidad joven del Colegio.

Teniendo en cuenta que la cultura es lo que la sociedad defiende, en la actualidad el mensaje de consumo y curiosidad de alcohol y droga es el medio de resolución de la situación mental de los adolescentes, el manejo de sus ansiedades y la forma inadecuada de resolver sus cotidianidades.

Los retos que se presentan en los jóvenes deben ser para la diversión, la creatividad, el deporte, el descanso y sus relaciones funcionales no por la popularidad, la economía y el acceso a las drogas como una práctica lúdica de un país consumidor.

Los padres de familia debemos orientar a nuestros hijos a las actividades de deporte, arte y música que les permita divertirse y desarrollarse para su plan de vida, no reaccionar con nervios y prohibiciones frente a la realidad de la cultura actual.

Los adultos “padres de familia” responsables de esa orientación también se encuentran trasgrediendo el límite del nivel de ansiedad que les permite crecer; como por ejemplo “el bebedor social” que genera sutilmente una adicción, y así ese mensaje produce más ansiedad en los hijos, los cuales la canalizan desconectándose y escapando de la realidad al igual que sus padres.

Las familias deben acompañar a sus hijos en la ansiedad que producen los retos de cada día y cuidar de no presionarlos más allá de sus capacidades, ya que suficiente es la presión de la cultura actual.

El acompañamiento es para hablar, es para conversar, es para compartir, es para comunicarse y fortalecer las relaciones; no es para escandalizarse, para estar nervioso o ansioso, no es para estar lleno de miedos. Es para prevenir por medio de la formación de una relación cercana, de confianza y amor.

La comunicación se forja desde siempre, de manera natural; es el diálogo con confianza de las frustraciones y los fracasos, de los logros, de los sentimientos, de los pensamientos, de las experiencias para desarrollar la tolerancia, el respeto por la diferencia y formar seres fuertes, no frágiles para enfrentar la vida.

El lugar para la vivencia de experiencias, la formación de valores es el comedor familiar; que inicia con c, al igual que confianza, que cultura, que cercanía, que comunicación, que conversación, que consumo, que cambio, que curiosidad, que construcción; todas éstas palabras con c que nos llevan a cuidar de la familia.

La familia necesita TIEMPO, palabra que deletrea la palabra AMOR, sólo el tiempo para conversar, cenar y compartir en confianza les permite crear un ritual sagrado de historias, de anécdotas que sin regaños y sermones dejan un legado en el corazón de los hijos.

Adultos, padres de familia, sí se puede formar y acompañar a un joven apuesto, líder, inteligente, con valores y principios que construya familia.

Padres enseñen a sus hijos que el esfuerzo es el camino; no los dejen huérfanos siendo sus amigos; ustedes son sus padres, los responsables de su crianza. Coloquen límites que puedan cumplir, acompáñenlos en las consecuencias de sus decisiones, orienten sus furias y sus temores en crear la norma de la mejor manera, avísenla y cúmplala, no peleen.

Crecer cuesta esfuerzo, Criar cuesta esfuerzo, Cuidar cuesta esfuerzo. La norma debe ser Clara, con Calma y sin Rabia.
El reto de la Crianza, es la Calma, la Consecuencia y la Corrección.
El joven actual, es un hijo producto de la crianza y la relación de pareja de sus padres.
Cuesta la relación entre los padres, la crianza funcional, la familia funcional.

La conversación es la clave: Hable de lo que cada uno siente, de lo que cada uno piensa, de lo que cada uno espera. Escuche, Descubra y Conózcase como padre, como hijo y luego Decida qué es lo mejor para ustedes en su crecimiento, en su formación, en sus retos como padres y como hijos para la vida. El adulto necesita seguir creciendo como mejor ser humano y el hijo está creciendo como mejor ser humano; si el padre crece transforma la vida de su hijo y de su familia.

Fue un espacio muy valioso para nosotros los padres de familia, en el cual nos recordaron volver a lo natural, al comedor de confianza donde la familia se encuentra para compartir, para conversar y para crecer.»

Luz Angel Vanegas Montoya
Madre de Familia

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